El fenómeno de corrupción como cultura en los niños de Nuevo León

Norma Juárez Treviño
Publicado: 2021-08-26
Formato: Digital PDF (Portable Document Format)
ISBN: 978-99925-264-0-8
México es un país lleno de contrastes de todo tipo, culturales, sociales, ideológicos, religiosos y tiene la libertad de expresar su opinión según sea la experiencia vivida al respecto en el contexto y momento de acción, esto es lo que hace a este país mantener su esencia y encanto cultural, sin embargo, hay algo en la sociedad mexicana que ha cambiado sigilosamente y de manera constante. ¿Cómo darse cuenta de estos cambios? Veamos, en un programa de televisión aparece una escena de un programa de concursos para niños. Una niña de entre 7 y 10 años estaba participando y la animadora le pregunta: “¿Dónde se encuentran los ladrones?” En un contexto de comedia en el cual se esperaba una simpática respuesta por parte de la chiquilla, ella contestó segura, rápida y orgullosa: “¡En el Congreso!” La reacción de la audiencia y los conductores del programa fue de asombro y risas nerviosas, sí causó la risa de la audiencia, pero mi reacción fue de preocupación y vergüenza ajena. El programa es chileno y al consultar el video en la plataforma de YouTube, en los comentarios del video se puede apreciar que en Latinoamérica es muy natural una respuesta como esa. Siguiendo con el programa, al cuestionarla sobre quién le dijo que los ladrones estaban en el Congreso, la niña responde que fue su mamá. Esta sensación de desencanto y tristeza obliga a formular la pregunta: ¿ y México? tampoco es la excepción, sin embargo, la reflexión y preocupación se hacen presentes de inmediato con las siguientes interrogantes: ¿por qué dijo eso?, ¿por qué en el Congreso y no en la cueva de los ladrones o en un escondite o algo más adecuado a su edad?, ¿qué es en realidad lo que queremos obtener en cuanto a la formación de los niños?, ¿es correcto el mensaje ético con el que se quedan después de aprender del ejemplo de los mayores?. Estas y muchas otras interrogantes más despertaron el sentido de alerta y preocupación para el desarrollo del presente estudio lejos de reír como el resto de la audiencia en el video.